Miré por última vez las orquídeas resplandecer bajo los últimos rayos de sol, este sería el ultimo atardecer de fuego que vería, retuve cada color en mi mente y lo guarde en mi memoria, junto con los últimos días, la fiesta en el colegio, mi fiesta de quince, la sorpresa de mis papas, ¡ay! ojala nunca me hubiesen dado esa sorpresa y este no sería mi último atardecer.
Luego de que Camilo me dijera que quería ser mi novio, mi mamá entró con un grupo de mariachis y me fue a buscar para tomarme mil fotos con ellos, luego partí el pastel y ya no hubo tiempo ni oportunidad de estar a solas para contestarle.
Por supuesto, quería decir que si, y al final de la noche, me sentía volando y viviendo el mejor día de mi vida, entonces cuando todos se fueron mis papas se sentaron conmigo en la sala de la casa
- y bueno, ¿Cómo estuvo todo?-pregunto papa-.
- ¿Cómo estuvo?, ¡eso fue maravilloso!, muchas gracias
- por nada cariño
- pero ahora te tenemos una sorpresa-dijo mi mamá-.
- ¿otra sorpresa? ¿es un regalo?
- si, más o menos, es una gran noticia
- ahh, eso era
- ¿cómo?
- no nada, ¿Qué es?
- pues, resulta que a tu papá le salió un trabajo excelente y lo más seguro es que esta vez sea algo fijo– dijo mi mamá-
- ¿en serio? wow, que gran noticia papá, te felicito
- si, gracias, es maravilloso y divina que, con el anticipo del contrato compramos esto –dijo el señalando el automóvil rojo enfrente de la casa, el cual ya había visto pero pensé que era de alguno de los invitados-
- w-o-w , ¡que espectacular! , ¿es para mí cierto?- bromeaba, sabía que mis padres jamás me comprarían un auto, dudo que acaso me dejaran manejar algún vehículo hasta que cumpliese 18-
- mmm,-dijo papá serio- es para todos y lo vamos a estrenar mañana cuando viajemos
- ¿nos vamos de viaje?
- sí, esa era la verdadera sorpresa pero no es precisamente un viaje
- ¿entonces?
- nos mudamos
- ¡¿mudarnos?!, ¿estás hablando en serio?
- si, muy en serio
- ¿pero porque? ¿a dónde?
- a Bogotá
- ¿Bogotá?
- si, voy a construir un nuevo edificio en el centro de la ciudad, es una gran obra, y si todo sale como espero la mudanza va a ser definitiva
- ¿o sea que no vamos a volver?
- no
- ¡no!, no podemos, yo no me quiero ir por favor
- pero hija-trato de calmarme mamá- en Bogotá hay mejores oportunidades, es una gran opción para nosotros y para ti
- no, para mí no, ¡yo no me voy a ir! –grité furiosa-
- lo siento hija, pero vas a ir, nos vamos mañana en la tarde, después del colegio
- ¿Qué?, eso no es justo, para nada justo.
Salí corriendo a mi habitación y me encerré, estaba muy enojada, Pensé en mis amigos, en mi colegio, en Camilo, en todos los hermosos recuerdos que tenía de mi infancia, y de toda mi corta vida, ¿Por qué tenía que dejar todo eso? ¿Por qué justo ahora que todo iba tan bien?
Pensé en esconderme, o esconder las llaves del auto, no iba a cooperar en nada, iba a retrasar el viaje el mayor tiempo posible, me di cuenta de que mi mamá ya había hecho todas las maletas y todo ya estaba empacado, ¿Cómo es que no me di cuenta? claro, soy tan distraída, pero ¿Cómo era posible que ni siquiera me hubiesen preguntado? como podían haberlo hecho todo a mis espaldas, cambiar mi destino sin consultarme , ¿es que acaso no importaba lo que yo pensaba, lo que yo quería?.
Me solté el cabello, tire los tacones y el vestido, y me senté en el suelo apoyada en la pared frente a la ventana, a través de ella miraba la luna llena, como lo había hecho tantas otras veces que estuve enojada, pero esta vez mas que enojada estaba triste porque esta vez no había solución.
Escuché que mis padres golpearon la puerta y mi mamá diciendo:
- Lucia hija, ¿podemos pasar?
- no
- solo queremos hablar contigo
- ¿para qué? para hablarme de las oportunidades que hay en Bogotá?, ¿para convencerme de que todo es por mi bien y porque me quieren? si pensaron que por hacerme una fiesta iba a aceptar esa locura están muy equivocados, a ustedes no les importa lo que yo pienso ni lo que siento ni lo que quiero, ustedes no me quieren y yo no quiero verlos, ni hablarles, ni nada!
- pero…
- ¡lárguense!
Ellos se fueron y las lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos, yo nunca le había hablado así a mis padres, pero ellos nunca habían sido tan desconsiderados conmigo; ya sabía lo que único que me quedaba por hacer , no era lo más adecuado y lo peor era que no había nada más que pudiese hacer, los conocía perfectamente, una vez que tomaban una decisión nada los hacía cambia de opinión, así que ya no había otro camino, si se iban mañana yo no los iba a detener, iba a dejar que se fueran pero sin mí.
Tomé una hoja de papel y escribí:
“mamá y papá:
Sé que les esperan grandes oportunidades, y se lo merecen, se que piensan que también es lo mejor para mí pero no estoy de acuerdo, mi felicidad esta aquí y no quiero dejarla, no se preocupen por mí, prometo que estaré bien y no voy a deasparecer. Espero que me entiendan y me perdonen. Los amo.
Lucia.”
Agarré mis maletas ya empacadas, y cerré los ojos rogando ser capaz de llegar a salvo hasta el piso mientras saltaba por la ventana del 2° piso hasta el jardín.